Hay amistades que no suelen llamarse amigos, son personas que estan a tu lado sin darte cuenta, estan en un gesto, en una pequeña acción, son partes de tus días y noches, son fundamental sin saberlo, ellos hacen tu vida, y recorren el camino a tu lado, sin importar el peso, el obstáculo o la circustancia, los necesitas, suelen ser más que la propia sangre, son hermanos de otra vida, una canción de fondo especial, piensan más por uno que en si mismos, no importa las horas o el sol que les caiga encima, ni el dolor de estar parado a tu lado, ni mentir en tu nombre en vano, son personas con el defecto de aceptarte como persona, no importa el humor o el rechazo, esta la confianza que estará al otro día.
Tal vez no te hice reir lo suficiente, y no pude recorrer mas tiempo a tu lado, tal vez no fueron las palabras adecuadas pero si se que extrañare estar a tu lado, no importa lo que será de mañana, porque he recordado los días de nuestro pasado, pero si me dolera vivir despúes de otra noche, porque no existiran nuevos recuerdos, más solo los que he pausado para recordarte, para quedarme en la nada imaginando mientras avanza el tiempo y poder volver a vernos.
He elegido priorizar a las personas que me hacen ser lo que soy, las que valen la pena de morir por verles sonreir una vez mas, son pocas, unas ya no estan, pero tengo la dicha de saber que algunas aún ven el sol que yo veo y les amare cada segundo, cada momento.
Nunca he pedido que alguien sea mi amigo, y tampoco he dicho quien es real y verdadero, por eso digo en este momento que a quien dedico este fragemento, es especial y sincero, es genuino, es mi hermano hasta el firmamento.
Con amor para Adriana.
Todos dormimos bajo las estrellas, más algunos no despiertan, otros no ven y otros anhelan no escuchar. ¿Que sentido tiene? ya no escucho tu risa, tu voz se extingue y mi alma desconsolada solo quiere con tristeza andar, que puedo hacer corazón mio, le he rogado a Dios más suspiros, pero se acaban mis plegarias y mis ruegos comienzan a gritar, desesperada mi mente acaba, sin ganas, sin miedo a tomar una daga, y cortar por donde entra el viento, donde viaja el sonido, esos murmullos, esos tormentos, ese tedioso voz sin aliento.